Dos semanitas desde que volvimos a Heidelberg, y otras dos que nos
quedan para que se dé por finalizado el primer semestre. ¡Vaya, cómo
pasa el tiempo! Se nota el olor a época de exámenes que trae el viento
fresco del Neckar; o es más bien la semana que hemos pasado la que nos
ha hecho poner los pies sobre la tierra. Sí, ha sido una semana de esas
de que una necesita que el día tenga 30 horas. Pero creo que lo
resolvimos bien, y he conseguido estar más libre durante el fin de semana
y aprovechar para empezar a estudiar para los exámenes que empiezan la
semana que viene (Maialen y yo la hemos bautizado como la semana
infernal, visto el panorama de casi un examen por día).
Por
suerte, sí que hubo tiempo de prepararle a nuestra Isabella una cena
"sorpresa" por su cumpleaños para que lo celebrara a lo grande a pesar
de no estar cerca de sus familiares y amigos de siempre. Pero hay que
ser optimistas y agarrarse a lo que viene, y, al igual que Heidelberg es
ya nuestro segundo hogar, nosotros somos una familia aquí. Me alegro de
haber conseguido sacarle una sonrisa a Isabella. Miradla qué feliz, qué mona.
La tropa casi completa.
Además
de algún que otro regalito, ¡hubo postre doble! Por una parte, Cris
aprovechó la ocasión para hacer su tarta de queso. Por la otra, Álvaro,
que es todo un cocinillas, decidió probar una receta del libro de
postres con chocolate que le había regalado su amiga invisible Maialen,
desinteresadamente, claro. Y la ensalada de Carol, que ella sabe más que de sobra que me encanta.
Además de la de Isa, el martes tocó cumpleaños de Rocío, para la que también preparamos un detallito: una tarta y flores, que nos sorprendimos cuando dijo que nunca en la vida se las habían regalado. Siempre hay una primera vez para todo, y mereció la pena ver lo contenta que se puso.
Planes, planes, planes. Carol nos había hablado de un bar en el que había bolera, billar y futbolín. Así que decidimos probar con una jugada a los bolos. Maialen fue la clara ganadora; todas la odiamos por la paliza que nos dio. Noooooo, que la queremos mucho. Volveremos a por la revancha.
Como
ya he dicho, el finde he tenido tiempo, y por eso Maialen y yo
decidimos seguir con su lista de "100 películas que ver antes de morir".
Ahora, a la edad adulta de 19 años, por fin, podemos estar orgullosas
de decir que sí que hemos visto "Forrest Gump". Corre, Forrest,
¡coooorreeee!
Y anoche decidimos juntarnos todos (literalmente, juntos
es decir poco para describir cómo cupimos 6 personas en una cama. Nos
pegamos, más bien) para ver "La lista de Schindler". Al ser tan larga, creo que me metí a la cama a eso de las 2 de la mañana. A pesar de que la tenía vista de antes, lloré, como siempre hago con este tipo de películas. Con casi todas, mejor dicho.
Hoy, como no podía ser de otra manera en esta residencia del demonio en la que siempre pasa algo, me he encontrado con que no había agua caliente. Genial. Estupendo. Espléndido. Perfecto. Menos mal que Cristina me ha ofrecido ducharme en su casa. Danke! De hecho, pronto volveré a hacerle una visitilla, ya que esta noche hemos quedado con Michael para enseñarle a hacer croquetas de la abuela al muchacho.
Con la esperanza de que Michael no acabe con la cocina de Cris y que el agua caliente vuelva a la de ya, anuncio que seguramente tendréis que esperar unas dos semanas para que vuelva a seguir contando mis andanzas erasmusiles, puesto que, como ya he dicho, estoy de exámenes. A eso se le suma una visita de 10 días que me llega desde Catalunya, será genial, estoy muy emocionada. Pasad buena quincena, und viel viel Glück a todos con los exámenes.
Auf Wiederschreiben!
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