(Leer mientras se escucha "Happy" de Pharrell Williams. En caso de que la canción acabe antes de tiempo, pasar a "Traum" de Cro)
Moin Moin! ¡Buenos días desde la soleada Heidelberg! Sí, habéis leído bien, ¡hace sol! Y lo que es más increíble aún, parece ser que se va a quedar para rato, pues durante el fin de semana se esperan temperaturas de hasta 30ºC y el próximo jueves se espera que los termómetros alcancen los 34ºC.
No, no he cambiado mi universidad de destino (cosa que mi coordinadora ni siquiera hubiera notado, pues Maialen
et moi llevamos más de dos semanas esperando a que Almu nos conteste a un asunto de urgencia; Almu, tan querida por todo el alumnado de mi universidad que está fuera este año, tanto que mi compañera Marta ya se pidió su cabeza para cuando volviera de Irlanda). No he cambiado de ciudad, sigo en Alemania.
Pero la Wikipedia no se equivocaba al afirmar que Heidelberg tiene el clima más caluroso de toda Alemania. El invierno que tuvimos ya lo venía diciendo (ni siquiera nevó), pero esto ya lo acaba de confirmar: en el sur de Alemania, en Heidelberg y alrededores al menos, no hace frío todo el año. Mito desmentido.
Es una pena que las clases de la universidad acaben tan tarde con el buen tiempo que se dice que hará en las próximas semanas, y estoy segura que me irán llegando fotos de mis amigos en la piscina o, lo que es peor, en la playa, ya que en nada acabarán las clases. Pero debo decir que ahora mismo tengo la sensación de estar de vacaciones. Y no es de extrañar, pues los días festivos van viniendo uno tras otro. No sé por qué se dice que los alemanes trabajan mucho, ya ni me acuerdo de cuándo tuve una semana entera de clases.
Lo que sí hacen los alemanes (y hacen bien) es aprovechar cada minuto de sol. Con las clases
fertig por esta semana, ayer mismo Cristina, Maialen y yo nos animamos a probar la piscina que tenemos a un minuto de casa, el más grande de Heidelberg. Imaginaos nuestras caras al entrar al recinto y ver lo siguiente.
Exacto. Lo pongo dos veces para darle más dramatismo al asunto. ¡Contemplen
Sie!
Sacamos la primera foto triunfal para dar un poco de envidia a amigos, familiares y compañeros (la revancha nos llegará durante los exámenes finales de julio). Conquistamos un espacio de hierba que tuviera tanto sol como sombra, pues Cristina prefería que el sol no le diera directamente. Und ins Wasser! ¿Y qué mejor que un tobogán para entrar en contacto con el agua? Está claro que nada, pues una vez te has tirado, sabes que es inevitable mojarse.
Entre los muchos viajes que hicimos al agua y a las toallas, se nos fueron uniendo Robert y Álvaro. Robert es un amigo inglés que estudió en Cáceres durante unos 6 meses, así que habla muy bien el español. Fue mi apoyo con eso de tener que darme protección para asegurarme de que no me quemaba, con lo blanquita que soy. Incluso mi compañero de piso, que es alemán, está más moreno que yo. Thanks, Robert.
Si da la casualidad que también estáis de Erasmus en Heidelberg, os recomiendo visitar esta piscina municipal, la Freizeit-Bad Tiergartenstraße. Para los que viven en la zona de Neuenheumer Feld, está justo donde el Schwimmbad Club, de camino al Sportzentrum. Para los que vendríais del centro, es simplemente coger el bus 31 o 32, bajarse en la parada Jugendherberge y caminar recto unos 5 minutos en dirección... cómo decirlo... donde más campo veáis. La entrada cuesta 2,50€ para estudiantes (seguro que hay bonos, es solo preguntar) y está abierta desde las 9 de la mañana hasta las 8 de la tarde.
Nosotros nos quedamos hasta las 7 y ya estamos pensando en volver. A propósito, si os da mucha pereza prepararos algo de comer para llevar, que sepáis que hay una amplia oferta de comida (Bradwurst, Currywurst, Falafel, Salat, Obstsalat...), helados y hasta crêpes. Y todo cuesta alrededor de 2,50€. Que me lo quitan de las manos, vaya.
¿A qué esperáis, Leute?
Además de la piscina, otra cosa que se hace en Heidelberg cuando sale el sol es ir al Neckar, sea a comer, a beber, a hacer una barbacoa, a leer, a estudiar, a jugar al voleibol, al frisbee o a pasar la tarde. O a admirar ejemplares alemanes, que están de muy buen ver, todo sea dicho (aplicable a la piscina municipal, por si os faltaba alguna motivación para animaros).
Y es que cuando una pasa por el puente que acaba en Bismarckplatz para ir a clase por la mañana y ve esta panorámica, lo único en que se piensa es en que las clases acaben pronto para ir a comer al lado del río.
Eso hicimos Cristina, Maialen, Katia
e io el lunes cuando acabó la clase de la señora Moser, la intérprete que todos aspiramos a ser, la interprete perfecta que combina su vida profesional con tener una familia (un día mencionó que tiene hijos). Porque será muy
cool imaginarse la vida de una intérprete como la de Nicole Kidman en "
The Interpreter" y todo lo que queráis, pero no creo que quiera arriesgarme a perder mi vida, gracias.
La señora Moser, a quien veremos poco este mes de junio. Resulta que estará fuera por asuntos de trabajo y perderemos muchas clases de
Konsekutiv- und Simultandolmetschen (Interpretación Consecutiva y Simultánea) que habrá que recuperar en las primeras dos semanas de julio, pues luego llegan los exámenes finales. Tendré que seguir practicando por mi cuenta para no perder la práctica.
Total, que me voy por las ramas; al Neckar que nos fuimos con un Pasta to Go cada una.
Hacía un tiempo fantástico. Comimos, nos tumbamos en la hierba un rato y nos separamos para las clases que venían a la tarde.
Soooo!!!! Pero no sin antes tomarnos un
gelato de postre. Algo imprescindible que no puede faltar estos días de calor (cuando la
universidad nos lo permite, claro, que no todo es diversión, seguimos
siendo responsables) es un
gelato en la Hauptstra
ße, como unas auténticas damas.
Otro día hasta Álvaro nos acompañó, que conseguimos rescatarlo de la parienta,
ya tú sabeh. Quedamos a eso de las 6 de la tarde abajo (abajo refiriéndose al paseo común que tienen todos los edificios de la zona de residencias de estudiantes que vivimos). Cogimos las bicicletas y pedaleamos hasta llegar a la Mensa, donde habíamos pensado tomarnos algo en la terraza.
Fue el día en que le cogí prestado el móvil a Álvaro y estuve aprovechando que él sí que tiene cámara frontal, a diferencia de mi homo antecesor. No puedo esperar a volver a España para comprarme uno nuevo, ya me he cansado de los problemas que me da este.
Selfie! Creo que ésta fue la mejor de todas las que nos sacamos.
Parece que esta quincena el sol nos ha animado a cumplir promesas olvidadas. La primera de las promesas que hemos conseguido cumplir ha sido la de por fin haber aparecido a un Brunch. Como ya mencioné en una
entrada anterior, el Brunch es un evento que se organiza un domingo de cada mes, donde se abre un buffet lleno de comida y los estudiantes tienen la oportunidad de empezar el día con fundamento, con un
megadesayuno.
Domingo, día uno de junio. Nos prometimos que nos presenciaríamos abajo a las 10 de la mañana a pesar de haber salido la noche anterior (recuerdo que me metí a la cama a las 4:30 de la mañana, pero oigan, conseguí estar lista a las 10). Bicicleta y a la Mensa.
Y no me extrañó nada que hubiera tanta multitud, pues había que ver la cantidad y variedad de comida que ofrecían. De hecho, aquella mañana nos enteramos de que el Sonntagsbrunch de la Mensa de Heidelberg había sido nombrado el mejor de Alemania.
Entre tanto dulce y salado, me decanté por un poco de huevos revueltos con
bacon, un cuenco de yogurt natural con cereales y frutas variadas, y un donut de chocolate. Esto es empezar un domingo como Dios manda.
Challenge accomplished.
Ahora nos queda el último Brunch, el del mes de julio.
Challenge accepted.
Otra promesa que cumplimos aquel domingo fue la de hacer un skype con Carol. Hace ya unos tres meses que nos tuvimos que despedir de ella, así que no os podéis imaginar la ilusión que me hizo volver a verla, tan sonriente y guapa como siempre. Nuestra canaria, nuestra
muyaya. Aquellas dos horas se nos fueron volando, había tanto que contar. Me alegro mucho de que le vaya tan bien.
Challenge accomplished.
Zaida, Rocío y Michael serán los siguientes, y espero que sea pronto.
Challenge accepted.
Tercera promesa, la de estrenar la máquina para hacer
cocktails y el libro de recetas de
cocktails que le regaló Miguel a Cristina. Fue justamente ese sábado anterior al Brunch, antes de ir a la fiesta de la Mensa. La verdad es que el primer experimento no salió tan bien, pero el segundo que intentamos parece que no estaba tan mal. Al menos tenía buena pinta y Cris supo decorarlos con mucho glamour.
Übung macht der Meister. Challenge accomplished.
Cuarta promesa. Desde que nuestro amigo americano Kurt empezó a trabajar de camarero en una hamburguesería que abrieron en la misma Hauptstra
ße hace poco más de un mes, se decidió que había que ir a hacerle una visita. Hemos tardado, pero al fin este jueves Maialen, Cristina y yo nos dignamos a aparecer en el turno que le tocaba trabajar a Kurt (o no hubiera tenido gracia ir, digo yo).
Quedamos en Universitätsplatz a las doce del mediodía. Sé que en España sería impensable comer a esta hora, que para nosotros es demasiado temprano, pero no es que nos hayamos pasado al horario europeo, sino que tanto Cristina como Maialen y yo teníamos clase a la una, así que era la única opción que nos quedaba.
Cristina llegaba tarde y Maialen y yo nos empezamos a poner nerviosas pensando que no nos daría tiempo de llegar a tiempo a clase, pero entonces apareció y nos dirigimos a la hamburguesería
Die Kuh die Lacht (La Vaca que Ríe). Allí nos esperaba Kurt, sonriente (como siempre). Nos llevó a una de las mesas que servía y nos dejó un tiempo para que decidiéramos qué tomar.
Mi elección, una
Cäsar Huhn. DE-RE-CHU-PE-TE.
Y aquí le tenéis, Der Kurt der Lacht (El Kurt que Ríe).
Challenge accomplished.
Aunque no nos hemos movido de Heidelberg en estas dos semanas, veis que tampoco hemos estado perdiendo el tiempo. Ahora tengo pensado salir a la zona de hierba que tenemos al lado de casa a estudiar un poco y luego me gustaría ir a hacer la compra, porque el lunes es fiesta y los supermercados estarán cerrados. Y de alguna manera tengo que sobrevivir (yo es que sin fruta,
muérome).
Achso, me complace informaros de que con la excusa del primer Schlossbeleuchtung del año (el segundo para nosotros, puesto que ya tuvimos el pacer de asistir al tercer y último del año el pasado septiembre), hemos pensado cumplir otra promesa: organizar una barbacoa a orillas del río,
am Neckar.
Challenge accepted.
Pero esto lo contaré
a posteriori, como es lógico. Y con esto y un bizcocho (no literalmente), hasta mañana a las ocho.
Auf Wiederschreiben!