En un lugar de ensueño...

martes, 17 de diciembre de 2013

Ese lugar cerca de Frankfurt (para que se entienda)

Dicen que no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. Bien, desde esta perspectiva, se podría incluso decir que en estos momentos soy rica, cada vez más rica. Esto se debe a que he ido llenando mis necesidades básicas poco a poco. Como diría mi profesora de alemán, nach und nach.

Efectivamente, soy rica. Conseguí tener mi teléfono móvil funcionando al 100% con número alemán e incluso con Internet a la primera semana, mi habitación nunca más parecerá una caja blanca de hospital, pude abrir una cuenta en un banco alemán a las dos semanas, ya me he familiarizado con el funcionamiento de las lavadoras y sus varios programas (tanto, que hemos descubierto que hay una lavadora que es gratis. No revelaré el número, es información privilegiada y de alto secreto), oficialmente he llegado a la categoría de una heidelberger, me he recorrido una parte de Alemania, las clases de la universidad van genial, estoy llegando a un nivel alto de comprensión del cristinanismo gracias al RAC (Mogan, Katia; 2013), ya me he hecho con los regalos navideños para mi familia y amigos...

Todo esto y más se ha reducido a un tiempo récord de cuatro meses, unos meses en su mayoría muy ajetreados y emocionantes. El haberme dado cuenta de lo rápido en que todo lo que pasa alrededor transcurre me ha hecho recapacitar. Y por fin, como diría mi profesora de alemán, endlich, me he acordado de que tengo un blog, después de una semana sin escribir.

Esta semana ha supuesto una cuenta atrás. Mañana vuelvo a casa por Navidad, como el Suchard (me he permitido esta comparación por estar catalogada como "aceptable" dentro de mi escala de comentarios y observaciones frikis).

Con la maleta medio hecha, solo quedaba despedirme de la gente que me ha acompañado estos meses. Así que no han faltado unas cuantas cenas de despedida (también una excursión a Tübingen con la excusa de la feria de chocolate más grande de Alemania, pero esto lo tengo reservado para otra entrada independiente). O, mejor dicho, cenas de "nos vemos en un triki".


También hubo una spanisch-brasilianisches Abendessen.


Han sido muchas emociones en algo más de tres meses. Tantas vivencias, risas, lloreras, tonteras comprimidas en recuerdos. Tantas excursiones y escapadas, a veces alocadas, como el viaje a Polonia. Tantos amigos.


Frohes Fest und ein gutes neues Jahr! Os deseo a todos una feliz Navidad, aprovechad estas dos semanas con los vuestros para luego volver con las pilas cargadas, ya que a muchos nos quedarán unos siete meses por delante y unos dos meses de vacaciones que vendrán cargados de más excursiones y escapadas. Más vivencias, risas, lloreras, tonteras.

Y la última cena de ayer, con ensalada de piña de Canarias, tortilla de patatas y croquetas de la abuela.



Y viva Heidelberg, que nos deja un panorama así dos días antes de marcharnos. Ich hab' mein Herz in Heidelberg verloren.


Auf Wiederschreiben!

viernes, 6 de diciembre de 2013

Heidelberger Eisbahn: tarde de patinaje sobre hielo

Esta semana mi compañera de piso alemana me ha sorprendido comprándose un hámster al que ha llamado Jakob. Nunca pensé que empezaría un artículo de este modo, pero lo tenía que decir. Fue una de las cosas que me alegró en mi fin de semana en casa, había que reposar para coger la semana con fuerzas después del catarro que me pillé. Más aun con el proyecto masoquista que llevé a cabo para celebrar el Día Internacional del Euskera.  Este lunes, martes y miércoles he estado ocupadísima con las clases y el artículo y el video que preparamos Maialen y yo. Y más aun teniendo mi primer examen de la universidad, que lo he hecho hoy, y ha sido un éxito. Veremos si el resultado también lo es.

Ach so, ¡hoy es San Nicolás! Un día en el que los alemanes tienen por costumbre regalar chocolate, nueces y/o mandarinas. Puede que a alguien le caiga algo hoy.

Sí, sí, ya voy al grano. En la penúltima entrada os hablé del Heidelberger Weihnachtsmarkt y comenté que nos encontramos con una pista de hielo en medio de Karlsplatz. Bien, pues hicimos plan para el día siguiente para ir a patinar.

Hicimos una parada para comer en uno de los puestos del mercado. Tenía mucho frío, así que, como no me gustó nada el Glühwein que probé el día anterior, decidí ir a por un chocolate caliente. Para mi sorpresa, me dieron el chocolate en la taza que llevaba queriendo desde que abrieron el Mercado de Navidad y que creía que solo daban con el Gühwein. Con una gran sonrisa, me bebí el chocolate y la taza fue directa al bolso. Ahora decora mi estantería. Dios, mi cara de frío en la foto. Parezco nuestro homeless.


Con las manos calentitas, quedamos en que Cristina, Maialen et moi nos juntaríamos en la pista con Katia, Rocío y Michael. Como llegamos antes que ellos, nos empezamos a preparar para el evento para ahorrar tiempo. Estaba emocionada por entrar en la pista, hacía unos tres años que no iba a patinar.

Ir a patinar sobre hielo solía ser un imprescindible de las dos semanas que paso en Donostia cada verano. Mi hermano Aritz y yo reservábamos una o dos mañanas para ir al Palacio de Hielo. Una lástima que empezaran a cerrarlo en verano. Mi cara lo dice todo, ¡entremos a la pista a la de ya!


Llegaron Katia y Rocío. Poco a poco íbamos cogiendo más soltura en la pista. Se podría decir que se trataba de una pista de patinaje y pista de baile a la vez, ponían buena música. Tampoco era muy grande, pero había suficiente espacio para no chocar con la gente. Sobre todo había niños. In fact, creo que aquella tarde fuimos niños grandes. Aquí una foto de las niñas.


Abrazooooooowwwwwwwrrrrrrr.


Hubo un momento en el que un grupo de niños de entre 4 y 5 años invadió la pista. Las monitoras les iban explicando cómo patinar, pero claro, no se puede esperar mucho de un niño tan pequeño: pasaban más tiempo en el suelo que de pie. Puede sonar un pelín cruel, pero no podíamos parar de reír al verlos caerse cada tres segundos, más aun siendo tan bonitos, tan rubios, tan alemanes, tan de ojos azules, tan con los mofletes rojos. Aix. Algunos se dejaban ayudar por una figura de un pingüino. Se sujetaban al manillar y así se deslizaban teniendo siempre un punto de apoyo para ayudarlos a no caerse. Pero no, a estos de 4 y 5 años les iba el riesgo, la adrenalina.

También llegó Michael.


Michael, ¿es eso lo que creo que es? ¡Un pingüino que está libre! ¡Sácame una foto! ¡Sácame una foto! Pues nada, me sacó una foto con el pingüino y al milisegundo se empezó a reír. Fue entonces cuando me di cuenta de que tenía un niño alemán rubio de ojos azules y con los mofletes rojos mirándome fijamente. Le pedí que posara para que Michael nos sacara una foto. Me emocioné antes de tiempo, pues para cuando me di cuenta el niño ya se había escapado con el pingüino. El gozo en un pozo. Jopetas.


Por muchas caídas que vimos, ninguno de nosotros probó el hielo. La tarde fue genial, y como recompensa nos comimos una crepe de Nutella. Nos lo teníamos merecido. Creo que repetiré otro día.


Auf Wiederlaufen!

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ene, ene! Euskararen Nazioarteko Eguna!

Beste behin, heldu zaigu abenduaren hirugarrena. Beste behin, Euskararen Nazioarteko Eguna. Oraingoan, ordea, Alemanian harrapatu nau, Heidelberg izeneko ipuinean. Lau hizkuntzatara itzuliriko ipuina. Lau hizkuntzatan bizi naiz. Baina lau puntu kardinalen artean, euskararenak markatzen du iparra.

Gaur bezalako egun berezian, Heidelberg euskaraz zipriztintzea nahi izan dut. Nahi izan dugu, Maialen eta biok. Lierni eta Maialen. Euskararen Nazioarteko Eguna. Izenak berak dio, euskara mundura zabaltzea, euskara munduan entzutea, munduaren ahotan jartzea.

Horregatik, gure hizkuntza inguratzen gaituzten ikasle mundutarren ahotan jarri dugu. Mikel Laboa, munduaren ahotan. Izarren hautsa.

Espero dut gustuko izango duzuela, eta gogora dezazuen euskararen eguna gaur, bihar eta etzi izanen dela. Zorionak, euskara! Mundiala haiz! Eta zuk ere euskara mundura zabaldu nahi baduzu, hemen aukera zure mezua bidaltzeko.


Esker mila, vielen Dank.
 
Keisha (Barbados)
Amanda (Ameriketa)
Kellen (Ameriketa)
Michael (Australia)
Fernando (Kordoba)
Dylan (Irlanda)
Iñigo (Mungia)
Rut (Bartzelona)
Sergio (Italia)
Will (Malaga)
Aaron (Kanada)
Kerim (Alemania)
Zoli (Hungaria)
Giovanni (Italia)
Cristina (Extremadura)
Maria Jose (Tortosa)
Andrea (Alemania)
Bruno (Brasil)
Carolyn (Alemania)
Rahel (Alemania)
Dabin (Korea)
Isabel (Madril)


Auf Wiedersprechen!